Se presenta en mi cabeza desde que era pequeño. Mi mente cambia más que los precios.
(Luis, 5 años.) - ¡Mamá! ¡Quiero hacer un Super Mario yo solito!
(Luis, 6 años.) - ¡Walaaaa! ¡Mamá, mamá! ¡Quiero ser arqueólogo y encontrar dinosaurios!
(Luis, 7 años.) - ¡Mira! ¡Mamá, mamá! ¡Quiero ser jugador de la NBA!
(Luis, 10 años.) - Mira cómo mola, mamá, de mayor astronauta.
(Luis, 11 años.) - ¡Mamá! ¡Quiero ser fisioterapeuta!
(Luis, 13 años.) - Wow, seré informático y le mearé en la cara al tito Bill Puertas.
(Luis, 14 años.) - Yep, físicas, me gusta cómo suena.
(Luis, 15 años.) - Teleco, teleco, teleco, ¡telecooooo!
(Luis, 16 años, casi 17) - Ingeniería informática, teleco, físicas, filosofía, historia, japonés, bla, bla, bla, bla.
En resumen, más perdido que un hijo de puta en un día del padre.
Odio no poder estudiar todo. Odio que la sociedad nos quiera determinar con una vocación de la que debemos vivir. Hoy en día estudiar es casi sinónimo de aprender a trabajar. ¿Qué pasa cuando dejas eso a un segundo plano? Pierdes esa necesidad de estudiar para trabajar, ves estudiar como tu verdadera vocación. Te gusta conocer, saber, probar, experimentar. Te gusta prácticamente todo. Pero no puedes hacer eso.
Si hoy en día no eres un ingeniero, no eres nada. Si estudias letras, no eres nada.
Las letras han perdido demasiada importancia... Bien, no sirven en su gran mayoría para trabajar. No me gusta ese sentimiento tan pragmático. Yo antes pensaba así, lo admito, hará unos 3 años supongo, demasiado útil, quería estudiar de todo, pero nada que no pudiese tener su exportación laboral. Pero creo que por fortuna, ésto cambió.
Ahora, odio ver que nuestro profesor de dibujo tacha de inútiles a la gente que no puede sacar bien su asignatura. Odio hacer investigaciones físicas únicamente porque sea para un concurso. Odio aprender únicamente literatura española. Odio la dificultad para poder aprender algunos idiomas, casi imposibles de encontrar academias y demás. Odio no poder aprender historia universal, sólo de España.
Pero claro, la solución que me dan: "Haz eso en tu tiempo libre".
¿Qué tiempo libre? Adoraría que pudieses elegir que cosas estudiar, o ir cambiando los itinerarios al trimestre, o dar más horas lectivas, cosas similares.
No sé... Quizá pida demasiado... Dicen que quien mucho abarca, poco aprieta.
Ale, os dejo muchachada, que los complex numbers me llaman.
1 comentario:
lo más triste de todo es que esto es lo que transmiten los adultos...que transmitiremos el día de mañana a nuestros hijos?
Vaya mierda de sociedad se presenta ante nosotros.
Sabes que te digo?
Que yo seguiré estudiando mis lenguas muertas, mi filosofía. Sladré a la calle a hacer fotos que retocaré con photoshop, cuando termine leeré un poco e intentaré concienciarme de los problemas de este mundo tan "científico" y me dormiré escribiendo en una hoja en blanco las ideas que tan sólo leerán cuatro gatos. Y así...seré feliz.
Publicar un comentario